lunes, 12 de abril de 2010

15 - Las ultimas notas con su flauta (Muramatsu)

Las últimas notas con su flauta (Muramatsu)

Año 1999, viernes 20 de marzo, Dante se descompuso, estaba dando una clase de flauta. Es trasladado a una clínica y luego llevado al Hospital Naval Buenos Aires, estuvo unos días internado, viajó de Francia su amigo Julio Pardo a verlo, fue dado de alta, el médico le preguntó: ‘¿Dónde quiere ir?’ Dante respondió: “A la quinta Santa Cecilia”.

En ella permaneció, rodeado de afectos, su nieta le preguntó: ‘¿Abuelo que música queres escuchar?’ Dante respondió: ‘La 5º de Beethoven’

Dante estuvo siempre lúcido, no vivió un calvario. Su nieta y yo le leíamos dos libros, por su puesto elegidos por él. Aquel antiguo libro “Mis Montañas” de J. V. González, que él compró a sus 16 años cuando estuvo en la Banda de Zárate (aún lo conservo y dice en su primera hoja “Este libro es de propiedad de Dante Valledor Arsenal Naval Zárate”). El otro libro que deseó escuchar fue “Ciudadela” de Saint – Exupéry.

Yo me encargué de traer el médico de la familia, doctor Diego Colombo. Dante, después de unos días me dijo: Textual “Hija, no quiero que venga más el médico, déjame vivir mi muerte, quiero saber que se siente”. Cosa que respeté.

Tal era la lucidez de Dante que el 25 de mayo (a 2 días de su muerte) dijo: “Hoy es el día de la patria hay que hacer chocolate para festejar”, cosa que se hizo también. Dante tenía por costumbre para los 25 de mayo en Barranqueras hacer chocolate e invitar a algunos vecinos a festejar ese día.

Dante se expresaba con sus falsas cuerdas; dado que las verdaderas estaban afectadas. Mirándome a los ojos en profundidad me preguntó “¿Me voy a morir?”, yo, que nunca le mentí a mi padre, le dije: - ‘Si’ -. Suspiró, giró la cabeza y se puso a mirar por la ventana de la habitación, uno de los pinos plantado por él hace muchos años.

También me encomendó, que su deseo era que sus restos descansaran en Barranqueras, y que fuera yo la encargada de despedirlo, fueron velados en su casa, en la sala que habia construido para no molestar. Como dije antes, en la puerta de acceso habia una placa que en francés quiere decir "La calle de la paz"; la que le trajo de Francia Claudina, textual: “Hija, agradece a todos, tu padre fue feliz en Resistencia, cumplí todos mis sueños. No nombres a nadie, sólo a una persona la Profesora Yolanda de Elizondo”. Cuando el cortejo llegó al cementerio estaba formada la Sinfónica de Resistencia dirigida por el maestro Falkenmeyer y todos sus colegas dándole el adiós, entre ellos su alumno Martín Pedrozo con lágrimas en los ojos dándole el ultimo adiós a su maestro.

Yo repetí las palabras que mi padre me dijo. Me sostenía del brazo el maestro Miguel Giacomello. Yo me “derrumbaba”, pero cumplí con el pedido de Dante y hablé.

Luego la orquesta tocó y Analía Estigarribia cantó. Dante cerró sus ojos un viernes 28 de mayo de 1999 a las 9 hs. En Santa Cecilia, junto a su cama estaba su hijo César. En la estadía de Dante en Santa Cecilia yo recibía cartas para Dante desde Resistencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario