lunes, 12 de abril de 2010

18 - Dante y los cafés


DANTE Y LOS CAFES
Mi padre los elegía. Según Martin Pedrozo, "el viejo", paraba en el Reencuentro. También en el 235. Hace años, frecuentó La fragata, y el Molino, en este, ocurrió un episodio muy pintoresco: Dante, estaba en el banco, haciendo la fila para cobrar, en eso llegan tres preceptoras, también a cobrar sus sueldos, compañeras de la escuela de música, como era su costumbre , Dante contaba historias, cobraron, y Dante las invitó –por supuesto a tomar café. Las señoritas impactadas, olvidaron volver a sus actividades, y permanecieron, entre café y café, por un largo rato. Llegaron a la escuela, dada su tardanza, dijeron: “el banco estaba lleno de gente, se terminó el dinero, tuvimos que esperar que repusieran el dinero”, y agregaron, “al maestro Valledor le ocurrió lo mismo, cosa que creyeron. Las señoritas pensaron: “quien nos quita la hermosa charla de café que tuvimos con Dante”. Otro es el "Kelo café'. Llegué hasta ese lugar, esperando a un músico, el cual iba a darme información de mi padre. Como tardaba, me levanté y me dirigí al señor de la caja y comenzó el siguiente dialogo:




MARTA: ¿Señor, hace muchos años que tiene este café?


SEÑOR: Unos cuantos


MARTA: ¿Más de 10 años?


SEÑOR: ¡Muchos más!


MARTA: ¡Le voy a describir a una persona!


SEÑOR: ¡SI! ¡El del bolso de cuero y ojos claros! ¿Usted es la hija?


MARTA: ¡Sí!

SEÑOR: ¡Su padre me regaló un libro, y me lo dedicó! ¿Ve esa mesa? Ahí se sentaba él.


Los cafes, eran su segundo hogar, en ellos, (me contaba mi padre), escribia mis cartas, las guardaba en un sobre, y agregaba:recortes de diarios, programas, fotos, éstas siempre escritas atrás), cuando ,la letra se tornó ilegible, las escribia a máquina, pero, las llevaba en su bolso de cuero, y entraba al café, y nuevamente armaba el sobre y me lo enviaba, DIGAMOS:ESE ESPACIO(EL CAFÉ), ERA SU TEATRO DE OPERACIONES


Cuando llegaban cartas mias , al domicilio del Maestro Giacomello, y se las entregaba en la orquesta, no las abria rápidamente, , se dirigía “al café En el (café de por medio) se tomaba su tiempo y las leia varias veces, a mi padre no le gustaba hablar por teléfono, .

En La Plata, también, tuvo su café, el primero se llamó "El Paulista ", actualmente "El Parlamento". A la desaparición de Dante fui al café, me senté a la mesa donde concurría con mi padre. El mozo, me vio sola, y dijo: '¿Qué paso con su padre?', dije, 'Falleció'. Al gallego se le cayeron las lágrimas. Por más de 30 años Dante frecuentó este café. Dante era adicto a los cafés. Ahí dentro podía pasar horas, y horas: escribiendo, pensando, soñando, compartiendo con muchas amistades, (sé quiénes son, pero no los nombro, temo caer en el error de omitir a alguien). Dante decía, refiriéndose a los cafés: 'Detrás de cada individuo, o grupo, subyace una historia'.

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